martes, 5 de abril de 2011

aprendiendo a ser feliz

La capacidad de disfrutar de la vida se puede aprender al igual que casi todo lo demás. Contamos con una de las herramientas más plásticas y que existen, nuestro cerebro…
Cuanto más se estudia el funcionamiento de este órgano más apasionante resulta, se desmontan creencias y mitos sobre la racionalidad humana y la forma de tomar decisiones y se aprende más sobre como utilizar estos conocimientos para “aprender a ser feliz”.
El cerebro es como una red (la típica de pescadores), cuanto más se repasa una unión más fuerte se hace, esto ocurre exactamente igual en nuestro cerebro, cuanto más se piensa en algo más fuerte es ese pensamiento, cuanto más se asocian dos conceptos más fuerte se hace esa conexión. (Muy interesante el artículo “Disociación de asociaciones” Lena Jelinek y Steffen Moritz aparecido en la revista Mente y Cerebro nº47/2011).
Siendo así nos podemos imaginar la tremenda importancia del aprendizaje en el desarrollo de habilidades para ser féliz o no. El periodo de aprendizaje más importante, lógicamente es cuando se es pequeño, porque se establece como pre-esquema dónde después se irán agregando las nuevas creencias, pero el aprendizaje se produce durante toda la vida.
¿Por qué hablo de creencias? Porque funcionamos por la fe, creemos que las cosas son de una manera y actuamos en consecuencia, cómo uno esté convencido de que si no lleva zapatos rojos cuando va a trabajar le va a pasar algo malo, a ver quién es el rico que le convence de lo contrario…aunque este ejemplo parezca una tontería realmente funcionamos así, el cerebro no codifica información de manera aséptica sino que lo hace mediante el sentimiento, así que ante cualquier asociación tenemos asociado un sentimiento, si se asocian los zapatos rojos y el trabajo con una sensación de temor se puede desarrollar esta creencia muy tranquilamente, después dependiendo del trabajo se necesitará terapia o no… si trabaja en un circo no hay problema, si trabaja en un banco igual tiene que hacer terapia para cambiarla.
Estoy segura de que si hacemos memoria todos encontraremos (sobre todo en los demás) creencias que nos parecen absurdas… por ejemplo, mis hijos, desde siempre, necesitan poca comida para crecer y desarrollar su tremenda actividad diaria, realmente son muy activos…este tema debido a mis expectativas sobre la cantidad de comida que los niños debían comer me creó grandes quebraderos de cabeza… pero a sus abuelas más, una de ellas un día me dijo que si no forzaba a mi hija mayor a comer algo más “se le iba a cerrar el estómago”. En ese momento yo miré a mi hija que es una niña sana, activa, con un crecimiento incluso por encima de la media (dichosos percentiles) y pensé… tiene pinta de comer lo que necesita, mi teoría (que puede ser absurda) es que en temas de comida es mejor la calidad que la cantidad.
Bueno ¿cómo hago para aprender a ser féliz entonces? Pensar… cuanto más nos emocionemos (nos enfademos, irritemos, necesitemos imponer nuestra opinión a otra persona), más importante es que revisemos que hay debajo, ¿por qué es tan importante esta opinión y no la de la otra persona? Argumentos a favor, argumentos en contra, revisión de documentación científica (es lo más fiable que hay pero no es la panacea).
Hace tiempo una persona y yo estabamos discutiendo no me acuerdo sobre que y esa persona me dijo… lo trae el periódico… yo respondí, no todo lo que trae el periódico o lo que está escrito en los libros es cierto…
Creo que es importante entender que los libros, los periódicos, los programas de televisión y radio… están realizados por personas, ninguna persona tiene la verdad absoluta, todos tenemos opiniones basadas en información realmente contrastada y veraz y otras que son herencia de nuestro entorno.
Los dogmas, incluso en ciencia, han estado ahí desde que el hombre existe, y aunque sean perjudiciales tardan mucho en cambiarse, ¿por ejemplo, cuánto tiempo se tardó en dejar de pensar que la tierra era plana y pensar que era redonda? ¿cuánto tiempo se tardó en dejar de hacer sangrar a la gente cuando estaba enferma, a pesar del tremendo riesgo de infección que había?
En cuanto a la religión, cada uno pensará lo que quiera, faltaba más, pero hay que tener en cuenta que es el sistema más irracional que ha inventado el ser humano, solo algo para reflexionar. Religión católica, el Papa Benedicto XII ( el de ahora no) el 29 de enero de 1336 decretó que el infierno (con fuego, diablos violadores y torturadores…) existía. Antes de esa fecha el infierno no existía, después si ¿¡¡¡? Me quedo sin palabras, lo peor es ¿cuánta gente realmente se ha creido a lo largo de su vida que el infierno existe?...
Para ser féliz es realmente útil el acostumbrarnos a pensar, pensar por nosotros mismos, revisar lo que pensamos, lo que defendemos con pasión, buscar argumentos a favor y en contra… cuando pensemos de alguien… esti está tonto, pararnos y decir ¿por qué?, cuando nos cuenten algo que nos hace enfadar preguntarnos ¿por qué?. Enfrentarnos con argumentaciones en contra ante los grandes ideales de nuestro pensamiento pero también para las pequeñas cosas, por ejemplo, a la hora de cocinar ¿cuántas de las cosas que hacemos son necesarias y cuántas son creencia?, mi madre siempre me decía que los garbanzos debían ponerse a remojo con agua caliente y había que cocerlos con sal. Yo siempre pensaba ¿para qué el agua caliente si se enfría por la noche? Y en cuanto a la sal, los he cocinado con sal y sin ella y cuecen lo mismo, no se de dónde sacó estas creencias pero ¿quién las cuestiona?, hay cosas que no tienen mayor importancia pero otras afectan dramáticamente a nuestra calidad de vida, como es lo que pensamos sobre nosotros mismos, ¿cuántos límites nos ponemos por qué no valemos, por qué no podemos, por qué por qué? Yo soy así, no puedo cambiar… ¿cuántas veces escuchamos esto?, el cambio se produce haciendo recibiendo nueva información que forme nuevas conexiones en nuestra red y repasando esas asociaciones nuevas, cambiar de hábitos cuesta, es necesario exponerse a nuevas informaciones y pensar las cosas desde otro punto de vista y después prácticar.